Apodado de pequeño como el “Niño de piedra”, pues caminaba más de media hora para llegar a su escuela y por las tardes antes de ir a entrenar recogía latas y “fierritos” para venderlos, ganaba un dólar y entregaba a su mamá para que haga la comida y luego iba a jugar fútbol. Llegaba “suciesito” a la casa a dormir; al siguiente día, todo volvía a repetirse.

Hernán Lino, nacido en Babahoyo, ahora apodado “Lindo”, en el Deportivo Cuenca, cuenta que su pasión por el fútbol nació a los nueve años, en la escuela Los Juniors con el “Profe Morán”, y aunque su hermano Leonardo, -segundo de siete hijos-, le pegaba y le impedía que pase el día jugando fútbol, ya que quería que estudie, no fue impedimento para que de sus primeros pasos en el fútbol. Luego se vinculó al Venecia FC.

Después de terminar la primaria, y mientras cursaba los primeros años en la secundaria, a los 16 años pasó a formar parte del Barcelona guayaquileño, donde estuvo hasta el 2015. Durante estos años, viajaba a Babahoyo casi todos los días; lo hacía en bus. Con 17 años jugó en las reservas y al cabo de siete partidos el técnico Guillermo Almada le ascendió al primer equipo torero.

En este periodo, Hernán tuvo un duro golpe, pues en su tierra, un amigo de su hermano, cuando regresaba a Babahoyo, le decía “Eres malo. No sabes jugar”. A lo que Hernán cuenta que respondía: “Ya vas a ver cuando juegue en Barcelona y me veas por la televisión. Hicimos una promesa, me dijo que hasta un carro me regalaba si yo salgo en la televisión”, sonríe. “Un día ese sueño se cumplió, jugué en Barcelona y volví a Babahoyo contentísimo, fui donde mi hermano a preguntarle por su amigo y él llorando me respondió: a Dorian lo mataron”. Duro golpe. Cuenta que lloró muchísimo, quería ir a verlo para avisarle que está jugando en Barcelona, que el sueño se cumplió…

Selección
Lino continuó con su carrera en el cuadro torero y un día recibió un documento que decía: Hernán Lino estás convocado al microciclo de la selección sub-20 para el Sudamericano. “Lloré de alegría, llamé a mis papás y mis hermanos para contarles. El profe Almada me felicitó y dijo que aproveche este reto”.

A Lino le habían contado que Javier Rodríguez es un profesor “bravo” y a la concentración llegó muy nervioso. Luego, vio que ha sido mentira: es buen profesor, su carácter es fuerte, te habla de frente, pero nada más.

Previo al Sudamericano que se disputó en Ecuador, Lino sufre una lesión y estuvo a casi nada de quedarse al margen del equipo. “Los médicos le dijeron al profe que no estoy, que mi lesión me dejaría fuera del torneo, pero no les hice caso, yo mismo me vendé el pie y con el dolor por dentro me paré en la cancha a entrenar. No quise abandonar, el dolor lo sentía yo, pero el profesor me veía bien. Estoy bien profe, le decía…”, recuerda.
En el Sudamericano marcó tres goles y Ecuador clasificó al Mundial de Corea del Sur.

Mundial
Era el momento de pensar en el Mundial; otro sueño que se le estuvo haciendo realidad. Al país asiático llegó con la memoria en cero. «Otro mundo, otra vida», dice Lino, quien al pisar el césped del estadio prometió hacer un gol y lo logró en el primer partido ante Estados Unidos. Quiso avanzar de ronda pero la Tricolor no clasificó. “Fallamos todos, nosotros por no hacer los goles, pero bueno, se hizo lo que se pudo por el país”, dijo.

Después del último partido, ante Senegal, el lunes todo el grupo salió a pasear por la ciudad asiática. Es una ciudad muy linda. Los edificios, las calles, las personas que hablan otro idioma eso nos complicó mucho, no entendíamos nada. La comida fue otra molestia, era fea: el arroz sin sal, las carnes creo que eran de pollo”, sonríe Lino al comentar su paso por Corea.

Deportivo Cuenca
Previo a su participación en el Mundial, Hernán Lino, firmó un contrato hasta diciembre con Deportivo Cuenca. “Otros clubes querían que yo firme por un año y eso no quería, el Cuenca me brindó esa oportunidad y por eso estoy aquí, estoy muy agradecido con el presidente Fausto Carvallo por darme la oportunidad, espero tener minutos para jugar y demostrar mis condiciones, hasta el último día que esté aquí”, confiesa el oriundo de Babahoyo, quien dice que su futuro estará en Santa Fe, Argentina, jugando en Primera División.

Lino ha actuado en dos partidos con el expreso austral, ingresó al cambio, pero quiere hacerlo desde el primer minuto y para eso regresó del Mundial, dice estar con ritmo y solo espera la venia del entrenador.
En el grupo, pese a no estar mucho tiempo asegura que está cómodo, se lleva muy bien con todos le ayudan. Diego Calderón, quien fue su compañero en Barcelona le aconsejó. “Me dijo que ahora depende de mí para progresar más en el fútbol, que siga trabajando fuerte donde sea y en cualquier equipo”.

“Lindo”, como le bautizó Edison Preciado en el entorno colorado vive solo acá en Cuenca, en un departamento por las Puertas del Sol. (MRO) (D)