Muy prematuro pudieran decir, pero desde la fecha 5 muchos advertían que «Delfín se puede caer» y desde ese entonces los manabas se han dedicado a demostrar que vienen en serio y que quieren llevarse la primera etapa del torneo.

Invictos en 17 partidos y con un calendario que les favorece ya que no tendrán que salir de la costa, se perfilan como el equipo más opcionado a llevarse la etapa, lo que les aseguraría un puesto en la final y en la Libertadores del 2018.

Pese a eso, hay otras cosas que se puede adjudicar el Delfín que lo motivan a ser campeón. Y es que desde la creación de nuestro campeonato ecuatoriano solamente dos equipos que no son de Quito o Guayaquil se llevaron el título.

Olmedo del 2000 y Deportivo Cuenca del 2004. Delfín pudiera ser el tercer equipo fuera de estas dos ciudades que se lleve el torneo y sería el primero en la Costa que le arrebataría el título a Barcelona, Emelec y Everest, convirtiéndose en una ‘rareza’ que no caería mal en estos tiempos.