La Federación Portuguesa de Fútbol inició una investigación para esclarecer la acción de un jugador de regional que le pegó un puñete a un defensor rival y, tras ser expulsado, le dio un rodillazo al árbitro en la nariz, por lo que fue hospitalizado por fractura nasal.

Se trataba del partido que enfrentaba al Rio Tinto y al Canelas-2010, que pertenecen al grupo regional (denominada División de Élite en Portugal) del distrito de Oporto.

El Canelas, formado por varios miembros de los hinchas del Porto, había dado creado polémica desde principios de liga ya que muchos equipos habían renunciado a enfrentarse a ellos, alegando miedo e intimidación. A finales de diciembre, doce de los trece rivales habían decidido no enfrentarse a este equipo.