Balón de Oro en 2001, Michael Owen fue en su momento uno de los jugadores más rentables del Real Madrid. Deportiva y económicamente. Estuvo sólo una temporada en el club blanco, pero marcó 18 goles en 50 partidos siendo suplente (jugó un total de 2.591 minutos) y dejó 24 millones en la caja de Concha Espina tras haber llegado por la mitad.

El Newcastle fue el que llenó las arcas madridistas, pero en Las Urracas no tuvo el extraordinario rendimiento que exhibió en Madrid y el entonces presidente del club inglés no duda en catalogar a Owen: «Fue el peor fichaje. Nunca funcionó. ¿El mejor? Shearer», declara Freddy Shepherd en una entrevista con The Independent.

Owen permaneció en St. James’ Park cuatro temporadas marcadas por las lesiones. Jugó 79 partidos (5.870 minutos) y apenas marcó 30 goles. No fue, en cualquier caso, el canto de cisne de su carrera. Con 30 años, Owen recuperó su mejor nivel en el Manchester United antes de retirarse en el Stoke City en 2013.