El mediocampista brasileño Everton Luiz la pasó muy mal en el partido en que su equipo, el Partizan, enfrentó al FK Rad Belgrado por la décima jornada de la Superliga serbia.

El futbolista salió llorando de la cancha tras haber soportado durante 90 minutos los insultos verbales de la tribuna local. Al finalizar el encuentro, se dirigió a las gradas y les devolvió las ofensas con un gesto.

Sonidos de mono cada vez que el jugador tocaba el balón, insultos y pancartas con mensajes violentos fueron el detonante de las lágrimas.

«No pude contener el llanto porque recibí insultos racistas desde la grada durante los 90 minutos. (…) Me quedé impactado por la actitud de los jugadores rivales, que en lugar de calmar la situación, apoyaban ese comportamiento», se lamentó el brasileño de 28 años.

Después del silbato final, el mediocampista se dirigió hacia la tribuna para enseñarles el dedo mayor, lo que desencadenó en una serie de empujones entre ambos equipos.

Curiosamente el entrenador del Partizan es Marko Nikolic, un técnico serbio que fue despedido del Olimpija Ljubljana por llamar «negro idiota» al delantero nigeriano Blessin Eleke, uno de sus ex dirigidos.

«Everton no debería haber reaccionado, pero algo provocó su estallido, ¿no? Las dos partes deben ser castigadas. Estas cosas suceden en el fútbol», sentenció su técnico.

A pesar de los incidentes, el equipo del brasileño pudo irse con la victoria a su casa, tras ganar por 1-0 en el Estadio Rey Peter I, y así mantenerse segundo en la liga con 51 puntos, por detrás del Estrella Roja.