El exdelantero del Manchester United, Dwight Yorke, vivió un amargo episodio en el aeropuerto de Doha cuando se disponía a realizar el embarque en un avión con destino a Miami.

El de Trinidad y Tobago se sintió «como un criminal» cuando le prohibieron el acceso Estados Unidos. El motivo: haber jugado un partido amistoso en 2015 en Irán. El país musulmán es uno de los siete- Irak, Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen y Sudán- que está en el punto de mira del presidente Donald Trump.

«Dos policías me detuvieron y me explicaron que había un problema con mi pasaporte, en el que aparecía un sello de Irán», explicó. «Me advirtieron que si entraba en Estados Unidos, me devolverían de vuelta a Qatar. Traté de explicarles que estaba tratando de llegar a mi casa, en el Caribe», describió el ganador de una Champions en 1999.

El nuevo presidente de EEUU firmó un polémico decreto a finales de enero para prohibir la entrada de personas de varios países de mayoría musulmana, entre los que se encuentra Irán, en un plazo de tres meses. El tres de febrero un juez estadounidense bloqueó este veto de forma temporal, hasta que se tomara un decisión en firme.