Cuando Luis Suárez llegó a Barcelona, en agosto de 2014, lo hizo bajo una lluvia de cuestionamientos. Es que al uruguayo no se le podía reclamar nada en materia futbolística, pero sí por algunas actitudes polémicas dentro del campo de juego. El delantero arribó al club de Lionel Messi semanas después de haber mordido a Georgio Chiellini en el Mundial de Brasil y por la suspensión de la FIFA recién pudo debutar en octubre.

Pero toda esa polémica quedó rápidamente atrás. Suárez cumplió con goles y grandes rendimientos. En su primera temporada ganó Liga, Copa del Rey y Champions League. El famoso triplete, como le dicen en España. Y no tardó mucho en hacerse muy amigo de Messi. Mate de por medio, forjaron una linda amistad que ya casi cumple tres años.

«A los jugadores no nos gusta hablar todo el tiempo de fútbol. Tenemos una vida totalmente diferente fuera, con los niños, cosas que hacemos… Esto crea un vínculo que potencia más la relación. Te juntas para tomar mate, para pasar el día», contó Suárez sobre su amistad con la Pulga. El uruguayo también destacó el feeling que existe entre las dos esposas de los jugadores, Antonella Roccuzzo y Sofia Balbi.

«Salir a comer con las mujeres es un plus porque sabés que cuando quedás con tus amigos tu mujer va a estar acompañada, algo a veces difícil» indicó.

En diálogo con Radio Océano de Uruguay, Suárez contó: «Leo es como cualquier otro fuera de la cancha. Tiene una gran humildad y una sinceridad conmigo. Es admirable, increíble». También reveló que solo viven a una cuadra de distancia, en la zona residencial de Castelldefels, en las afueras de la ciudad de Barcelona.