Aunque el dinero no repare el dolor ni llene el vacío de la pérdida de un pariente, hay probabilidades de que los familiares de las víctimas de Chapecoense no reciban ni siquiera la indemnización que les corresponde por el fallecimiento de sus seres queridos.

La compañía de seguros que trabaja en el accidente aéreo, que dejó un saldo de 71 muertos -51 personas del seno del club- cuando viajaban a jugar la final de la Copa Sudamericana, podría desligarse por completo del incidente si la Justicia dictamina que la responsabilidad sólo fue del piloto.

Por otro lado, la controvertida aerolínea boliviana LAMIA todavía inició los trámites del pago del seguro, porque existen documentos claves -la licencia de vuelo, por ejemplo- que están siendo examinadas por la Fiscalía de Bolivia. Según el empresa, la aseguradora deberá pagar 165.000 dólares por cada fallecido.

Las primeras investigaciones apuntan a que la responsabilidad sí fue del piloto por no haber recargado el combustible suficiente para llegar a su destino, lo que pone en riesgo el cobro de la indemnización para las familias afectadas.

Para el trayecto de Santa Cruz-Medellín, la aeronave debía contar con una reserva de combustible para sostenerse en el aire al menos una hora y 40 minutos más.