Gianni Infantino quiere una Copa del Mundo de Fútbol por todo lo grande, con más países, más futbolistas y más aficionados. También con más dinero.

Así lo había prometido durante su campaña electoral para ser elegido presidente de la FIFA, pero lo que no se sabía es que la expansión no será a 40 países como lo sugirió en un principio, sino que su idea es organizar una fase final del Mundial de Fútbol con 48 selecciones.

Un total de 16 países que los 32 que participan actualmente, o lo que equivale a la suma de las Copas de Argentina 1978 (donde participaron 16 selecciones) y Brasil 2014 (32).
«La idea de la FIFA es desarrollar el fútbol en todo el mundo. La Copa del Mundo es el evento más grande que hay. Es más que una competición, es un evento social», expresó el dirigente suizo durante su visita a Colombia.

La propuesta es agregar a los 16 nuevos países a una fase preliminar de eliminatoria directa, mientras que el resto del torneo permanecerá con el actual formato de una fase de grupos en la primera ronda y después de eliminatorias hasta la final.

«Estas son ideas para buscar la mejor solución», dijo Infantino. «Lo debatiremos este mes y decidiremos todo en 2017».

Pero, ¿es viable lo que propone el nuevo presidente de la FIFA? ¿Se vería afectado el torneo?

La idea inicial es que se dispute una ronda preliminar con 32 equipos en el país anfitrión, que se disputaría a partido único.

Los ganadores de esos encuentros avanzarían directamente a la fase de grupos, donde se sumarían a 16 selecciones que habrían asegurado su presencia bajo un sistema de preclasificación.

«Los 16 mejores se clasifican para la fase de grupos del Mundial, y los restantes 32 después juegan un partido tres días antes de empezar el torneo (en la propia sede) para determinar los otros 16, y así tener los 32 equipos definitivos», explicó el dirigente.

Si bien no hay nada definido, la posición de Infantino refleja el descontento que existe en muchas partes del mundo sobre la distribución de los cupos en la fase final de los mundiales, que muchos consideran beneficia a Europa y Sudamérica, las dos confederaciones que han dominado históricamente el fútbol.

El dirigente también fue uno de los precursores de la expansión de la Eurocopa de 16 a 24 equipos, formato que recibió opiniones divididas durante el torneo disputado este año en Francia.

Una de las personas que más criticó este crecimiento fue el seleccionador alemán, Joachim Löw.

«No creo que sea una buena idea diluir el valor deportivo», explicó el técnico campeón del mundo en Brasil 2014 en una entrevista con el periódico Welt am Sonntag, publicada el pasado domingo.

Löw entiende la postura de los «los países pequeños, que gracias a esto, podrían participar en el mayor escenario» como ocurrió en Francia con selecciones como Gales, Islandia o Albania, pero alertó que el aumento en el número de partidos produce un agotamiento «deportivo y mental» en los jugadores.

«Tenemos que ser claros con eso, a largo plazo la calidad sufre. No debemos pasarnos».

¿Cómo sería?
Una eliminatoria con 32 equipos significa que se disputarán 16 partidos, una cantidad que parece demasiado grande para que se jueguen todos en un mismo día.

Eso sucede en torneos de clubes como la Liga Europa, pero incluso la Champions League divide un número de partidos similar en dos días para obtener un mayor beneficio en exposición, impacto y beneficio económico.

En los Mundiales, la mayor cantidad de partidos que se disputó un día fue ocho, pero en Italia en 1934 y Suecia 1958 todavía no se contaba con el impulso comercial de la televisión.

De hecho, tomando en cuenta los tres últimos formatos utilizados -de 16, 24 y 32 equipos- el mayor número de partidos fue cinco, el 2 de junio de 1978 en el Mundial de Argentina.

Al adaptar la idea mencionada por Infantino a la pasada Copa del Mundo en Brasil nos habríamos encontrado posiblemente con dos jornadas -de ocho partidos cada una- tres días antes de la inauguración, que fue el 12 de junio.

Esto hubiera obligado a que el plazo estipulado para la concentración de las selecciones se habría tenido que adelantar por lo menos una semana lo que hubiera producido un conflicto de calendarios con la final de la Liga de Campeones, que ese año fue el 24 de mayo.

A esto hay que sumarle lo que implicaría en términos de costos y logística tener a 16 selecciones que viajarán hasta el país sede para disputar un sólo partido, mientras que los otros 16 que clasificarán a la fase de grupos deberán hacer planes de contingencia para el resto del torneo.

«Puede darse el caso que Inglaterra e Islandia se enfrenten en un partido preliminar», puntualizó el analista de fútbol de la BBC Richard Conway.

«Eso produciría un partido de un riesgo muy alto, y sería dramático y emocionante para la televisión», pero se teme que cuando está en juego es un premio tan alto se reciente la calidad del fútbol sobre el campo.

La idea de incluir a casi un cuarto de los 211 miembros de la FIFA en el principal torneo de fútbol en el mundo seguramente atraerá a muchos países, pero eso incidirá directamente en la demandas de infraestructura y organización para los países sedes, que limitará el número de candidatos que pueden hacer frente a los costos.

Eso sin contar con la posición de los clubes, que en repetidas ocasiones han rechazado un aumento en el calendario de partidos de las selecciones nacionales porque consideran perjudica sus intereses y sus competiciones.