El fútbol ecuatoriano siempre deja muchas cosas que desear, comentar y destacar. Nunca pasa indiferente, siempre sucede algo que deja cuestiones para el debate y la crítica. Para muestra de esto, un pequeño botón: desde el día miércoles 21 cuando se jugaba la fecha 9, existieron «papas calientes» que se resolvieron en un marco donde en varios casos al parecer, reglamento y lógica estuvieron divorciados.

En el encuentro entre Barcelona y Liga de Quito en el Monumental se produjo una invasión de cancha de un hincha con la camiseta de los ‘azucenas’ y se reportaron daños en la zona de la tribuna visitante. Luego el domingo en el duelo entre Aucas y los ‘albos’ en el Estadio Gonzalo Pozo, se reportó lanzamientos de objetos al campo en la misma zona visitante. Resultado: FEF dice que no puede obligar a LDU a pagar los daños en el estadio guayaquileño y no tuvo sanción por lo posterior en la capital. LDU la sacó barata…

También hubo incidentes en el partido entre el Delfín y Deportivo Cuenca. Un presidente morlaco muy enojado (Galo Cárdenas) fue a reclamarle a Roddy Zambrano y posteriormente denunció un escupitajo del juez. Este caso recién se resolverá el próximo martes ya que el árbitro no se presentó (ayer dirigió un partido de Copa Sudamericana en Brasil).

Lo sucedido en el partido entre Barcelona y Deportivo Cuenca con las expulsiones de Díaz y Álvez ( hay que decir las cosas como son, ambos jugadores se excedieron), dejó mucha tela por cortar. El hecho del beso suena a una justificación de reducción de pena. Con respecto a las supuestos insultos racistas, la expresión de Álex De La Torre hace ver de manera ‘inocente’ a la idiosincrasia ecuatoriana, cosa que no es así porque vivimos en una sociedad marcada por la hipocresía, prejuicios e intereses propios donde utilizamos cada palabra (buena o mala) a nuestra conveniencia.

Aunque a mi parecer si se debe restar drama al asunto tal como dijo Alfaro Moreno, hay que cambiar el chip del llanto y de la persecución no solo para los jugadores de BSC, sino en todos los ámbitos (FEF, árbitros, clubes y jugadores). Escuchaba al Sr. Luis Muentes decir que estaba inconforme con la sanción a Díaz y me pregunto si no es exagerado pedir (por ejemplo) una sanción extensa a un jugador que no haya cometido una agresión física o psicológica significativa o fuera de lo común.

Precisamente Díaz fue sancionado por un mes en 2013 por empujar con el dedo al árbitro Miguel Hidalgo, al igual que a Marcelo Elizaga tras pechar a Samuel Haro en un clásico del 2008 y demás problemas que fueron sancionados con menos tiempo. Solo un bochorno del tamaño del Liga vs Barcelona en 2006 mereció sanciones duraderas (que en su mayoría fueron rebajadas). Hay antecedentes y la cantidad de fechas es parecida.

El ‘colofón’ sin dudas fue lo de Osbaldo Lastra, una acción que sí estuvo fuerte pero fortuita, termina dejando al jugador con la cabeza rota y dos fechas por fuera debido a una expulsión directa cuando hasta el propio rival prácticamente en la clínica (Jefferson Orejuela) dijo que no había sido ni falta. Las tomas de TV fueron evidentes, no hubo corrección inmediata el martes y obligó a Emelec presentar la apelación.

Los árbitros son humanos y tienen malos días, pero así también los jugadores. Hay árbitros con un temperamento difícil y que quieren ser protagonistas impartiendo justicia, también hay jugadores así con temperamento que desean ganar sí o sí, relatividad.

Todo esto fue en apenas una semana donde también dieron la nómina de convocados, el llamado de Matías Oyola fue la principal novedad pero aún así no hay muchos cambios con relación a la lista anterior. Una victoria de la Tri sería un bálsamo entre tanto problema pero en caso contrario…no quiero ni imaginarlo. Solo les pido un poco de paz y tranquilidad en esta olla en ebullición llamada Fútbol Ecuatoriano.