El último partido liguero del Barcelona ante el Leganés en Butarque sirvió para que se batiera uno de esos récords extraños. Mascherano, que ocupó una posición novedosa en el once titular, al ocupar el costado derecho en una defensa de tres planteada por Luis Enrique, batió el récord azulgrana de partidos sin anotar en Liga que ostentaba el holandés Michael Reiziger con 174.

No es un dato que le parezca importar. Cuestionado en TV3 en enero al superar al propio Reiziger en partidos oficiales con el Barça, el argentino dijo que «un gol no me cambia la vida». A lo que añadió con su temperamento característico tras preguntarle si lanzaría un penalti: «De ninguna manera».