Hace un tiempo que es mucho más que un buen lateral. Marcelo es un símbolo de Real Madrid. Lo demuestra por su rendimiento adentro de la cancha, también afuera. Tras el título que el equipo de Zidane consiguió ante Sevilla, por la Supercopa de Europa, el brasileño fue protagonista de un gesto que hizo llorar a muchos.

Antes de irse al vestuario, Marcelo se acordó de un chico refugiado de Afganistán. Sin dudarlo, se sacó los botines y se los regaló.