El fútbol tiene sus particularidades. Se puede haber ganado cuatro partidos seguidos y desde lo colectivo involucionar respecto a esos duelos, en los siguientes. Nadie en su sano juicio podría negar que la actuación del seleccionado ecuatoriano durante las cuatro primeras jornadas, fuera infinitamente superior en lo grupal a lo que el equipo pudo hacer ante sus rivales (Argentina, Bolivia, Uruguay y Venezuela).

El análisis del juego obliga a otra mirada distinta a la de los fríos números que nos tienen más vivos que nunca. En el duelo frente a Colombia y recuperando viejos vicios de los tiempos de Reinaldo Rueda, el equipo nacional se rompió con facilidad, se partió permanentemente y se estiró generando una dependencia peligrosa de lo que es capaz de hacer Enner Valencia o cualquiera de sus eventuales compañeros de ataque como actores de reparto.

En Barranquilla el equipo de Quinteros fue un colectivo sin asociaciones en ataque, con medios que presionaron poco y nada, casi nunca pasaron la línea de la bola y fueron superados por sus rivales en cada rebote y segundas jugadas. Todo esto bajo un contexto dificultoso para el entrenador nacional.

¿Qué puede canjear esa derrota? ¿Qué sirve para trocar el empate con Paraguay?, NADA. Se puede ser exigente con el seleccionado. Se debe reclamar mucho más, claro; se debe mejorar, es cierto; pero hay que reconocer el esfuerzo, el trabajo y las posibilidades que se tiene hasta ahora.

Cooliderar las eliminatorias más difíciles del mundo jugadas seis fechas, no es nada fácil. Peor aun cuando tienes varias limitaciones propias de una selección emergente y al frente seleccionados con jugadores de primera élite.

Algunos dirán que es peligrosamente conformista poner la vara tan baja si nos enfocamos en que con 24 puntos aseguramos la clasificación a la cuarta Copa del Mundo, sin embargo los números son fríos y acá no hay gloria reconocida por clasificar primero o segundo, esos triunfos son morales. Lo importante será ir a Rusia donde está el verdadero éxito.

La Copa América está a la vuelta de la esquina, pero a estas alturas da relativamente igual lo que allí suceda. El límite es Rusia, tenemos 13 puntos, faltan 12 fechas. Hay con que llegar allá.