Foto: Teradeportes
Foto: Teradeportes

Marcos Zambrano es directivo del club Norteamérica que milita en segunda categoría del fútbol ecuatoriano, este equipo fue el que apuntó el periodista uruguayo Alejandro Etcheverry como un supuesto ‘encubridor’ para adulterar las edades.

Zambrano desmintió de forma enérgica estas declaraciones y anunció medidas legales en contra de Etcheverry. «Hace quince minutos llamé a mi abogado y a ese periodista uruguayo lo voy a demandar, no quiero disculpas públicas. No se puede acusar sin tener pruebas», expresó en una entrevista al programa Fútbol Al Día de Radio Súper K800.

De este club han salido elementos que ahora tienen renombre y Zambrano defendió esa labor: «Somos la cantera más grande de jugadores del país, por lo tanto, somos los más expuestos a que nos pasen este tipo de cosas. Somos muy rigurosos en el control de los chicos para evitar que estas cosas pasen. Los que hacen estas cosas no son los clubes. Cuando pasan estas cosas, generalmente tienen que ver los padres de familia del chico».

Zambrano también defiende la norma del juvenil en cancha, varios clubes hace poco mostraron una postura contraria a aquello: «La ley del juvenil debe de seguir, de esta regulación hemos visto y disfrutado mas rápido de un montón de jugadores de buen nivel. Yo no digo que de todos los chicos que tenemos no pueda haber pasados, pero los clubes no estamos en conocimiento hasta que pasa. Este problema de documentos existe por lo menos desde hace 30 años atrás y debemos de buscar las soluciones.

Considera que es difícil determinar si uno es pasado o no hasta por la vía médica: «No hay prueba científica que sirva totalmente. Hemos tenido problemas con carpogramas, pruebas dentales y de manos», menciona Zambrano que además detalló su vínculo comercial con José Luis Chiriboga (hijo del presidente de FEF y otro apuntado por el periodista uruguayo) fue con Carlos Grueso, Leonel Ramírez y Juan Cazares cuando estaban en Independiente del Valle.

Otra de las acusaciones que respondió es acerca de un supuesto pago para mantener el silencio de un juvenil. «En Norteamérica no tenemos ni para pagar los sueldos del equipo de segunda ¿Cómo vamos a pagarle el silencio a un chico en $100.000?» se preguntó.