La de Santiago López Menéndez es una historia que muestra la trascendencia del fútbol en todo el mundo. Este ingeniero argentino estuvo secuestrado durante casi tres días en Nigeria. Sus captores no hablaban el inglés y eso les llevó a pensar que Santiago era norteamericano.

Esta confusión encendió mucho a sus secuestradores, que se pusieron violentos y comenzaron a pegarle, según relata el diario ‘Clarín’. Santiago comenzó entonces a gritar “¡Messi!¡Messi!”, con intención de aclarar su lugar de procedencia. Por suerte para él, esto tranquilizó a los raptores y ahora Santiago puede decir que Messi le salvó la vida.

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