La selección de fútbol femenina disputó el primer mundial de su historia en Canadá donde las chicas trataron de dejar en alto el nombre del país pero eso no fue suficiente ante rivales de por sí superiores.

Recibieron dos goleadas escándalosas pero lejos de hacer una crítica al rendimiento hay que dejar en claro algunas cosas que harán pensar que lo realizado por ellas es meritorio.

Ecuador en fútbol femenino está en pañales con relación al nivel de sus rivales. Para hacer alguna referencia el campeonato nacional como tal recién tiene pocos años con relación a grandes potencias.

La falta de roce fue clave al momento pero ahora ya se puede tener una medida de dónde se tiene que mejorar en funcionamiento. Los Juegos Panamericanos serán otra buena prueba.

Empezar un proceso debe ser clave, este es el impulso perfecto para trabajar desde esta base ya mundialista.

La inversión en fútbol femenino hasta el momento ha sido casi nula en relación a sus pares hombres, esto debe servir de mecanismo para empezar a pedir más en este tema.

Luego de que se cumplan estas cosas podremos empezar a exigir resultados, hasta el momento hay que valorar lo que hicieron las muchachas y realmente apuntar al corazón del problema. Que todas las entidades le pongan más los ojos al fútbol femenino.