No hay nada más aburrido que detenerse ante la luz roja de un semáforo y tener que esperar hasta que este cambie para seguir nuestro camino. Pero una propuesta de street marketing por parte de Smart (y la agencia BBDO Alemania) le ha dado un giro al tema al introducir el novedoso semáforo bailarín; se trata de la clásica figura humana en color rojo que se enciende cuando no es el momento de cruzar, pero a diferencia de las comunes, esta señal fue alterada en su iluminación para crear una animación de baile cuando está encendida. Al mismo tiempo, del otro lado de la calle, un cubículo gigante invita a los transeúntes a pasar y bailar al ritmo de una música con mucho ritmo. Mientras lo hacen, unos sensores detectan su movimiento y lo reproducen en el muñeco en rojo de la luz del semáforo.

El fin de semana anterior durante el partido entre el Arsenal y el Chelsea, la afición gunner se refirió al conjunto blue con cánticos como «Boring, boring Chelsea» (aburrido Chelsea) y cuando se le preguntó a Jose Mourinho por el tema en la rueda de prensa posterior al partido, respondió «¿Aburrido el Chelsea? Lo aburrido es estar diez años sin ganar un título, esto sí es aburrido». El técnico luso hace lo que mejor sabe hacer: planea detallamente, ejecuta de forma impecable y se adhieren con firmeza a sus convicciones, así ellas no evidencien un espectáculo atractivo.

Hay estilos diferentes, cada entrenador debe decidir cómo quiere jugar y algunos, como pueden jugar, solo unos pocos tienen el dinero y los jugadores para desplegar su impronta mientras que a otros solo algunos recursos y un defiéndete como puedas. En el futbol cualquier táctica o estrategia es válida, puede que algunas nos gusten, otras no tanto, pero mientras estén dentro del reglamento nada se puede condenar. Es ahí cuando aparecen las subjetividades y encorsetamos a los entrenadores como defensivos u ofensivos, sin embargo, tanto repeler ataques como crearlos requieren de un trabajo detallado y ejecutarlos bien, son un verdadero arte.

Mourinho, puede ser polémico pero también es uno de los mejores entrenadores del mundo, es evidente que la mayoría preferimos el ataque a la defensa y dentro del respeto a los diferentes estilos, el fútbol de la organización y el esfuerzo defensivo son tan validos como el de los virtuosos de pases impecables o contraataques rápidos pero solemos acusar más a aquellos técnicos que no apuestan al jogo bonito y que ganan que aquellos con puestas en escena atractivas a la retina pero que al final del día se van a casa con las manos vacías. Cuestión de gustos.
Pero más allá de que tan encantadora o desagradable sea la idea táctica presentada, la verdadera duda es si, después de toda la inversión que ha hecho Roman Abramovich en la última década, el Chelsea no debería tener una producción que emocionara más abiertamente. Es evidente que el dueño muto de la estética a algo más funcional, dejo de pedir música clásica exquisita y paso a la música comercial que consigue muchos Grammys, en una clara muestra que continua soñando con más trofeos que engalanen sus vitrinas. El método ya no importa.

Tal vez Mourinho algún día llegue a cambiar y se decida a salirse del molde como el semáforo bailarín. Un comentarista colombiano habla mucho de morirse de hambre con la nevera llena, a Mou le pasa igual y es triste ver como un excelente chef, que tiene una de las despensas más envidiadas de toda Europa, solo se dedica de cocinar almuerzos baratos. Un desperdicio.