Detenido por conducir en estado de ebriedad, seis meses después hospitalizado por un accidente de tránsito, en Julio de 2013 encontrado inconsciente en una estación de trenes en Stevenage y en Agosto de este año, fue hallado con una botella de vodka en la mano, desalojado de su casa y llevado a un hospital por el pésimo estado en el que se encontraba. Ese es Paul Gascoigne, aquel fantástico jugador que formó parte de las plantillas de clubes como Tottenham Hotspur, Rangers, Middlesbrough, Everton o Lazio y que vistió la camiseta de Inglaterra en 57 ocasiones, el mismo a que se le recuerda como al futbolista inglés con más talento de su generación y que hoy parece más un hombre de 70 años que uno de 47.

Tres roturas de ligamentos en apenas siete meses, así de complicada es la situación de Thiago Alcántara el día de hoy. El ex del FC Barcelona ha recaído de la lesión en su rodilla derecha y ha sufrido esta semana una rotura parcial del ligamento interno de la misma rodilla que se lesiono el pasado 30 de Marzo ante el Hoffenheim, la misma que tampoco le permitió asistir a Brasil 2014 por una segunda recaída y que le obligará a pasar una vez más por el quirófano, acumulando ya siete meses de baja por una dolencia que, según el primer pronóstico, tenía que mantenerlo inactivo durante cuatro semanas.

Pero en esta novela aún hay más. Las circunstancias han destapado la creciente tensión existente entre Pep Guardiola y el médico del Bayern desde 1977, Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt. Según diversos medios germanos, Guardiola ha tenido ya varias disputas con el reconocido médico por la forma física de Jérôme Boateng y sus constantes relevos sin que pueda completar 90 minutos, la extensa duración en el proceso de recuperación de Bastián Schweinsteiger tras la lesión con la que culminó el pasado Mundial de Brasil y ahora, esta nueva recaída de Thiago, la tercera en un período demasiado corto de tiempo.

El Bayern tenía montada una estructura para esta temporada 2014/ 2015 en la que Thiago era el encargado de dar ese último pase mágico y prometía ser el mejor socio de Robert Lewandowsky; para Pep, Thiago no es un jugador más de su plantilla, es el hombre destinado a liderar durante la próxima década el centro del campo del conjunto bávaro. Ahora bien, el otro que lo sufre es Del Bosque, la inevitable retirada de Xavi Hernández le abría las puertas al hispano-brasileño para hacerse con un puesto en el once titular de la roja, un equipo que actualmente se encuentra en la búsqueda de la evolución de su juego y Alcántara está llamado a liderar esa metamorfosis de estilo por un esquema más vertical de jugar, precisamente el cambio que requiere un sistema de juego demasiado gastado.

Gascoigne ha intentado por lo menos siete veces dejar el alcohol con ayuda profesional, la última vez que ingresó a rehabilitación fue en Enero de este año, cuando se registró en una prestigiosa clínica en Southampton, pero los resultados no han sido los esperados. Thiago también volverá a una clínica, muy probablemente en los Estados Unidos, pero esta vez buscando una solución definitiva que le permita regresar en plenas condiciones a las canchas. Dos recaídas, dos futbolistas, dos talentos, los dos buscando recuperarse, uno por culpa de su vida desordenada y el otro por esos giros inesperados que da la vida. Mucha suerte para ambos.