El Benfica perdió por octava vez consecutiva una final europea desde la maldición del húngaro Béla Guttmann, quien auguró a los lisboetas una sequía de títulos después de hacerle campeón continental hace 52 años.

Los lisboetas jugaron la décima final europea después de ganar solo las dos primeras (Copa de Europa, 1961 y 1962) y perder las siguientes cinco finales de la máxima competición continental (1963, 65, 68, 88 y 90), una de la UEFA en 1983, ante el Chelsea el año pasado y ahora cayeron ante el Sevilla por los penales.

Desde entonces, han sobrevolado en la imaginación de los aficionados portugueses las palabras del húngaro Béla Guttmann (1899-1981), quien antes de dejar el club dijo: «El Benfica no volverá a ser campeón europeo sin mí. Me voy».