Para todos los amantes del fútbol y en el deporte hay un momento en cada debate, sea verbal o escrito, en el que la opinión de cada persona termina prevaleciendo en la mente de cada uno y esto sucede porque cada individuo tiene derecho a su interpretación. Los debates pueden ser de minutos, horas, días, meses, años; sinceramente pueden no acabar nunca dependiendo del punto de vista de cada persona y su nivel de obstinación pero es porque es un deporte y la belleza del mismo es ambigua, ¿cómo definir lo bueno y lo malo si no esta escrito? Es una opinión básica pero que siempre entrará en el debate porque no esta definido.

El fútbol y su justicia, ¿como calificarla? ¿Todos los jugadores son tramposos? ¿Todos son malos árbitros? Cientos de preguntas vienen a mi cabeza y a las cabeza del aficionado del deporte rey pero creo que hemos estado mal enfocados todo este tiempo. Tal vez esta es la pregunta que algunos aún no se hacen, ¿El reglamento es bueno? ¿Es claro o es interpretativo?

Mientras en el fútbol, como en cualquier deporte, exista la bendita interpretación a la hora de dictaminar una decisión arbitral estaremos a la disposición del error humano en cualquier situación de un partido. La interpretación solo ayuda a la polémica, al debate enardecido, que ni si quiera es un debate de altura con argumentos, es un debate visceral que da vergüenza si quiera responder a lo que muchas veces se debe leer.

La interpretación del reglamento si bien aumenta la cantidad de debates entre amigos además ayuda al periodismo con distintos temas a tocar y hace más interesante las conversaciones en las reuniones. Pero ¿ayuda a impartir justicia? ¿Ayuda a que el árbitro no sea insultado cuando deja el escenario deportivo? ¿Ayuda a que la profesión más pisoteada del deporte sea más sencilla?

Es lo suficientemente difícil ser árbitro y hay que tener pantalones para serlo o sino pónganse en la situación de Cuneyt Cakir, sacar una roja en Old Trafford en un partido de Liga de Campeones respaldandote en el reglamento, a pesar que para mi, no era para roja existe una interpretación que lo ampara al turco. En «las leyes del juego»:hacer una entrada temeraria que pueda herir de forma directa al rival (sin importan la intencionalidad) debe ser castigada con una expulsión. Eso fue exactamente lo que hizo Nani, pero así y todo, el 80% de la gente esta destrozando al árbitro, aunque el reglamento ampara su decisión.

Debemos reflexionar, como aficionados, como hinchas, como periodistas pero más que nada como personas, no se puede ser justo con algo tan ambiguo e interpretativo como el actual reglamento. Mientras exista interpretación no habrá una medida correcta para impartir justicia, porque la justicia no esta medida en el fútbol esta a la interpretación de cada individuo.

Esto no es un problema solo de árbitros, aunque muchos tengan interpretaciones horrorosas del reglamento. El problema es más profundo y esta en lo que esta escrito. Hay que eliminar lo interpretativo y delimitar lo correcto e incorrecto para al fin tener justicia en esto que amamos, que es el fútbol.